sábado, 12 de septiembre de 2009

Ha mucho, acaricié un poema,

que en mi duda de amigo me dañaba,

al no poder con mi pluma ya cansada,

contar tu venturosa vida plena.

Ha tenido que esperar para tu historia,

la edad que te contempla y que te vive,

y en ejemplar camino de concordia,

vive con tu momento, el que te escribe.


A JOSE MANUEL VILLAFAINA, MI AMIGO


Hallarás tu conciencia prevenida,

cuando tu obra se coteje en el futuro,

el teatro no es en ti pecado impuro,

pero si el motor perenne de tu vida.

Talía te acompaña en la partida,

y tus sueños no son imaginarios,

excusas vanas no vive tu diario,

y el hambre del teatro tu fe hila.

No rindes vasallaje en la escena,

y testimonio das de tus verdades,

y sin empujes de vanas veleidades,

el placer del teatro te envenena.

No censuro tu obra, viejo amigo,

porque en cordura, entonces, sería lego,

y no puede un censor quemar en fuego,

la letra que no cabe en lo mendigo.

Con sabio estudio e infatigable anhelo,

puedes poner coronas en tu frente,

sin necedad teatral inconsecuente,

has sabido remontar tu propio vuelo.

Somos distintos en tierras de ideales,

pero sabiendo entretejer lo que desune,

buscamos con ingenio lo que une,

y en humana condición somos cabales.

Caminamos los dos por un sendero,

que no admite la burda pleitesía,

tú en el teatro agrandas tu lindero,

y yo hago lo mismo mimando a la poesía.


BARTOLOMÉ COLLADO

28-marzo-2007

(Publicado en el libro “EL VUELO DE LA PALABRA”)

No hay comentarios:

Publicar un comentario